La Muerte

La Muerte

Esta carta se atribuye a la letra Nun, que significa pez; el símbolo de la vida debajo de las aguas; la vida viajando por las aguas. Se refiere al signo zodiacal de Escorpio, que está regido por Marte, el planeta de energía ardiente en su nivel de más baja forma, que por lo tanto es necesaria para proporcionar el impulso. En alquimia, esta carta explica la idea de putrefacción, el nombre técnico dado por sus adeptos a la serie de cambios químicos que desarrolla la forma final de vida a partir de la semilla latente original en el huevo órfico. Este signo es uno de los dos más poderosos del Zodíaco, pero no tiene la sencillez e intensidad de Leo. Se divide formalmente en tres partes; el más bajo está simbolizado por el Escorpión, que fue supuesto por los primeros observadores de Naturaleza de suicidarse cuando se encuentra rodeada de fuego, o de otro modo en una situación desesperada. Esto representa la putrefacción en su forma más baja. La tension del entorno se ha vuelto intolerable, y el elemento atacado se somete voluntariamente al cambio; así, el potasio arrojado sobre el agua se enciende, y acepta el abrazo de la radícula de hidroxilo.

La interpretación media de esta señal la da la serpiente, que es, además, el tema principal del signo. La serpiente es sagrada, Señor de la Vida y La muerte, y su método de progresión sugiere la ondulación rítmica de esas fases gemelas de la vida que llamamos respectivamente vida y muerte. La serpiente es también, como se explicó anteriormente, el símbolo principal de la energía masculina. De esto se verá que esta carta es, en un sentido muy estricto, la finalización de la carta llamada La Lujuria, el Atu XI y el Atu XII representa la solución o disolución que los vincula. El aspecto más elevado de la carta es el Águila, que representa la exaltación por encima de materia sólida. Los primeros alquímicos entendieron que, en ciertos experimentos, los elementos más puros (es decir, más tenues) presentes se emitieron como gas o vapor. Quedan pues representados en esta carta los tres esenciales tipos de putrefacción.

La carta en sí representa la danza de la muerte; la figura es un esqueleto que lleva un guadaña, y tanto el esqueleto como la guadaña son símbolos importantes. Esto parece extraño, ya que Saturno no tiene una conexión abierta con Escorpio; pero Saturno representa la estructura esencial de las cosas existentes. El es esa naturaleza elemental de las cosas que no es destruida por los cambios ordinarios que ocurren en las operaciones de la Naturaleza. Además, es coronado con la corona de Osiris; representa a Osiris en las aguas de Amennti. Aún más, él es el Dios creador masculino secreto original:"Redeunt Saturnia regna". Él fue sólo la corrupción de la Tradición, la confusión con Set, y el Culto del Dios Moribundo, incomprendido, deformado y distorsionado por la Logia Negra, que lo convirtió en un símbolo senil y diabólico. Con el barrido de su guadaña crea burbujas en las que empiezan a tomar forma las nuevas formas que crea en su danza; y estos las formas también bailan.

En esta carta el símbolo del pez es primordial; el pescado (Il pesce, como lo llaman en Nápoles y muchos otros lugares) y la serpiente son los dos principalesobjetos de adoración en cultos que enseñaban las doctrinas de la resurrección o la reencarnación. Así tenemos a Oannes y Dagón, dioses peces, en Asia Occidental; en muchas otras partes del mundo son cultos similares. Incluso en el cristianismo, Cristo fue representado como un pez. La obra griega IXThUS, "que significa pez y muy acertadamente simboliza a Cristo", se suponía que era un notario, las iniciales de una oración que significa "Jesucristo Hijo de Dios, Salvador". Tampoco es un accidente que San Pedro fuera un pescador. Los Evangelios también están llenos de milagros que involucran peces, y el pez es sagrado para Mercurio, debido a su sangre fría, su rapidez y su brillantez. Esta carta debe entonces ser considerada como de mayor importancia y catolicidad.

13 La Muerte
Signo Zodiacal Escorpio
Palabras clave Putrefacción, Serpiente, Resurrección