Esta carta se refiere a la letra hebrea Gimel, que significa Camello (el simbolismo del camello se explica más adelante.) La carta se refiere a la Luna. La Luna (siendo el símbolo femenino general, el símbolo de segundo orden correspondiente al Sol como el Yoni lo hace al Lingam) es universal, y vá desde lo más alto hacia lo más bajo. Es un simbolo que se repetirá con frecuencia en estos jeroglíficos. Pero en los triunfos anteriores la preocupación es con la Naturaleza sobre el Abismo; la Suma Sacerdotisa es la primera carta que conecta la Tríada Suprema con la Héxada; y su camino. Hace una conexión directa entre el Padre en su más alto aspecto, y el Hijo en su manifestación más perfecta. Este camino es el equilibrio exacto en el pilar del medio. He aquí, pues, la más pura y exaltadísima concepción de la Luna. (En el otro extremo de la escala está el Atu XVIII). La carta representa la forma más espiritual de Isis la Virgen Eterna; la Artemisa de los griegos. Ella está vestida sólo con el velo luminoso de la luz. Es importante para la iniciación considerar la Luz no como la manifestación perfecta de el Espíritu Eterno, sino más bien como el velo que oculta ese Spkit. Lo hace todo con mayor eficacia debido a su brillo incomparablemente deslumbrante. Así ella es luz y cuerpo de luz. Ella es la verdad detrás del velo de luz. Ella es la alma de luz. Sobre sus rodillas está el arco de Artemisa, que es también un musical instrumento, porque es cazadora, y caza por encantamiento. Ahora, considera esta idea como si estuviera detrás del Velo de la Luz, el tercer Velo de la Nada original. Esta luz es el menstruo de la manifestación, la diosa Nuith, la posibilidad de la Forma. Esta primera y más espiritual manifestación de la femenino toma para sí un correlato masculino, al formular en sí mismo cualquier punto geométrico desde el que contemplar la posibilidad. Esta diosa virginal es entonces potencialmente la diosa de la fertilidad. Ella es la idea detrás de toda forma; como tan pronto como la influencia de la tríada desciende por debajo del Abismo, está la realización de la idea concreta.
El siguiente capítulo del Libro de las Mentiras puede ayudar al lector a comprender esta doctrina a fuerza de meditación: En el Viento de la mente surge la turbulencia llamada Yo. Se rompe; llueven los pensamientos estériles. Toda la vida se ahoga. Este desierto es el Abismo donde está el Universo. Las Estrellas no son más que cardos en ese desierto. Sin embargo, este desierto no es más que un lugar maldito en un mundo de dicha. De vez en cuando los Viajeros cruzan el desierto; vienen del Gran Mar, y al Gran Mar van. Y al andar derraman agua; un día regarán el desierto, hasta que florezcan. En la parte inferior de la carta, en consecuencia, se muestran formas nacientes, verticilos, cristales, semillas, vainas, que simbolizan los comienzos de la vida. En medio está el Camello que se menciona en el capítulo citado anteriormente. En esta carta está el vínculo entre los mundos arquetípicos y formativos. Hasta aquí en lo que respecta a este camino, considerado como saliendo hacia abajo desde la Corona; pero al aspirante, es decir, al adepto que ya está en Tiphareth, al aquel que ha alcanzado el Conocimiento y la Conversación del Santo Guardián Ángel, este es el camino que lleva hacia arriba; y esta carta, en un solo sistema titulada la Sacerdotisa de la Estrella de Plata, es simbólica del pensamiento (o más bien de el resplandor inteligible) de ese Ángel. Es, en definitiva, un símbolo de la más alta iniciación. Ahora bien, es condición de la Iniciación que sus llaves sean comunicados por quieneslos poseen a todos los verdaderos aspirantes Esta carta es por lo tanto muy peculiarmente un glifo de la obra de la 'A.A.'.
Los Hermanos de 'A.A.' son uno con la Madre del Niño. Los Muchos son tan adorables para el Uno como lo es el Uno para los Muchos. Este es el Amor de Estos; la creación-parto es la Bienaventuranza del Uno; la disolución del coito es la Bienaventuranza de los Muchos. El Todo, así entretejido de Éstos, es Bienaventuranza. Nada está más allá de la Bienaventuranza. El Hombre se deleita en unirse con la Mujer; la Mujer al parir el Niño. Los Hermanos de 'A.A.' son mujeres; los Aspirantes a 'A.A.' son Hombres. Es importante reflexionar que esta carta es totalmente femenina, totalmente virginal, pues representa la influencia y los medios de manifestación (o, desde abajo, de logro) en sí mismo. Representa la posibilidad en su segunda etapa sin ninguna comienzo de la consumación. Debe observarse especialmente que las tres letras consecutivas, Gimel, Daleth, He' (Atus II, III, XVII) muestran el Símbolo Femenino (Yin) en tres formas componiendo una Diosa Triuna. Esta Trinidad es seguida inmediatamente por los tres Padres correspondientes y complementarios, Vau, Tzaddi, Yod (Atus IV, V, IX). Los Triunfos 0 y yo somos hermafroditas. Los catorce triunfos restantes representar estas Quintaesencias Primordiales del Ser en conjunción, función o manifestación.
2 La Sacerdotisa | |
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Astro | La Luna |
Palabras clave | Iniciación, Fertilidad, Luz |