El Carro

El carro se refiere al signo zodiacal de Cáncer, el signo al que se mueve el Sol en el solsticio de verano. Cáncer es el signo cardinal del elemento Agua, y representa la primera arremetida aguda de ese elemento. Cáncer también representa el camino que conduce desde la gran Madre Binah a Geburah, y es así la influencia de los Supremos que desciende a través del Velo de Agua (lo cual es sangre) sobre la energía del hombre, y así la inspira. Corresponde así al Hierofante que, del otro lado del Árbol de la Vida, hace descender el fuego de Chokmah. El diseño de esta carta actual ha sido muy influenciado por el triunfo realizado por el ocultista Eliphaz Levi. El dosel del Carro es el azul cielo nocturno de Binah. Los pilares son los cuatro pilares del Universo, el régimen de Tetragrámaton. Las ruedas escarlatas representan la energía original de Geburah que provoca el movimiento giratorio.

Este carro es tirado por cuatro esfinges compuestas por los cuatro Kerubes, el Toro, el León, el Águila y el Hombre. En cada esfinge estos elementos son contracambiados; así, el conjunto representa los dieciséis subelementos. El Auriga está vestido con la armadura de color ámbar apropiada para el signo. Él está entronizado en el carro en lugar de conducirlo, porque todo el sistema de progresión está perfectamente equilibrado. Su única función es llevar el Santo Grial. Sobre su armadura hay diez Estrellas de Assiah, la herencia del rocío celestial de su madre. Lleva como blasón el Cangrejo apropiado para el signo. La visera de su yelmo está bajada, porque ningún hombre puede mirar su rostro y vivir. Por la misma razón, ninguna parte de su cuerpo está expuesto.

Cáncer es la casa de la Luna; hay pues ciertas analogías entre esta carta y la de la Suma Sacerdotisa. Pero, además, Júpiter está exaltado en Cáncer, y aquí se recuerda la carta llamada Fortuna (Atu X) atribuida a Júpiter. La característica central y más importante de la carta es su centro, el Santo Grial. Es de amatista pura, del color de Júpiter, pero su forma sugiere la luna llena y el Gran Mar de Binah. En el centro hay sangre radiante; se infiere la vida espiritual; luz en la oscuridad. Estos rayos, además, giran, enfatizando el elemento jupiteriano en el símbolo.